viernes, 20 de julio de 2012

Medio

Están reunidos hablando de sus cosas, alrededor de unas bolsas. Paran de hablar cuando se acerca un coche y uno, sin discutir quién, sale del círculo e indica que hay un sitio libre, cosa obvia para el conductor, que dependiendo de lo harto que esté y de las prisas que tenga para aparcar, lo usa o no. Cuando el vehículo o quien lo dirigía, se va, el hombre que mostró el sitio regresa a la conversación con la satisfacción del deber cumplido o el fastidio de haber tenido que trabajar un rato. 
Es imposible no preguntarse de qué hablarán, disimuladamente, pasas cerca sin delatarte y escuchas retazos de días, experiencias más o menos dolorosas con el entorno, discusiones con conductores, policías, compañeros, cómo adquirir más barato esto o lo otro, pero en general, lo que comparten es silencio, incluso cuando hablan lo hacen casi sin ruido, murmullan para ellos mismos y simultáneamente como si supieran que a ninguno le acaba de interesar demasiado lo del otro, sin rencores, asumido. Ahí están, juntos y muy lejos.
Sigues por la calle y se ven más mendigos, éstos sin apresurase a indicar lo evidente, sentados a las puertas de comercios, lugares en los que hay que pagar y puede que el monedero aún esté en la mano cuando se salga, o la mala conciencia de haber gastado más de lo que se querría, haga que se les de unas monedas. Las peleas por esos sitios privilegiados son a veces terribles; los más deseados, los que están en las puertas de las iglesias, son con los que más furia se guardan. Pueden estar desgarrándose las ropas unos a otros, gritándose los improperios más terribles, para, controlando la hora de salida, cambiar completamente de actitud, alisarse ropa y peinado, y de la expresión furiosa pasar a la sumisa para que las ancianas que salen del templo, les dejen caer unas monedas y algunas palabras de ánimo.
Es difícil sobrevivir, da igual que sea una esquina, un sitio para aparcar, un escalón o un puesto directivo, el ambiente, el saber desenvolverse en el que nos ha tocado, lo es todo.

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