sábado, 9 de enero de 2010

Vidas que no son vidas

Trozos de cristales rotos, alambradas de púas, campos yermos, desolación. Hay imágenes que nos dibujan inmediatamente el dolor, la angustia, la soledad, el miedo, es difícil ver algo hermoso tras esos términos. Es como si se pintara todo en grises y negros. Es terrible.
Han habido vidas a las que las han abocado a esos paisajes, sin quererlo, sin poder elegir. Vidas acotadas por otros. El hombre es un lobo para el hombre. Hay miles de biografías de personas que tuvieron que sobrevivir al ser humano, que han de sobrevivir. Hambrunas, guerras, dolor, traiciones, odio..., y lo peor es que ha sido y será siempre así. La humanidad tiene ese punto inhumano en el que aflora todo lo que de cruel tenemos, y la única esperanza es que a pesar de los pesares, no se ha podido exterminar la bondad, la ilusión de ver otro día, el amor y la vida.

No hay nadie que no se horrorice ante esas alambradas, esa injusticia, esas muertes evitables. Nadie. Pero alguien es quien construye esas vallas, quien dicta esas normas, quien deja que mueran sin dignidad. Alguien. Nadie. Todos.

Sí, no es una entrada muy optimista, pero a veces hay que fijarse en nuestro alrededor y ver que no todos tienen un alrededor al que les guste mirar. Demasiados, diría yo.




1 comentario:

  1. La inhumanidad de los hombres y mujeres es tan humana como nuestra propia naturaleza...Cuando algo ocurre es porque era inevitable, aunque nos guste pensar que podíamos haberlo, al menos, intentado.

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