sábado, 24 de abril de 2010

Curiosidades cotidianas

Hay muchas situaciones curiosas, normalmente, más de las que detectamos, ya que hay que pararse a analizarlas, pero la vida cotidiana está llena de paradojas y anacronismos.
Hoy estaba hablando con Millás, gran escritor, y era como si lo conociera de toda la vida, por supuesto, él a mí no me conocía así que era una situación asimétrica, y eso ya es de por sí curioso, hablar con alguien a quien conoces por sus escritos y su imagen sabiendo que el otro no sabe de ti nada, en este caso algo común había, pero el desnivel estaba ahí bien marcado.
A la vez, mientras conversaba, veía lo lejos que ya ha llegado él, con su esfuerzo, el tiempo y la vida, y yo me sentía a años luz de estar donde él está ahora. Al irme, justo detrás, una joven me increpó, preguntándome si yo era yo, y al responder que sí, me pidió si le podía firmar mi libro y me contó, ilusionada, que ella estaba también intentando escribir y me trató como si me conociera, sabiendo que yo a ella, no. Y me miró con esa envidia sana que tenemos al mirar las metas que otros han alcanzado ya. Igual que yo con Millás hacía segundos. Igual que hará Millás con otros.
Todos estamos en un punto que otros desean y desde donde queremos seguir subiendo. Siempre habrá más, y menos.

1 comentario:

  1. Pero tu dentro de nada, mañana mismo antes de que te des cuenta estarás de nuevo en un escalón más elevado y sintiendo de nuevo esta curiosa paradoja. Mil Ks y ánimo luchadora

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