martes, 6 de abril de 2010

No hay nada nuevo bajo el sol.

No hay nada nuevo bajo el sol. Ya. Esa frase lapidaria habría que matizarla. Es cierto, nada hay que no haya sucedido antes, que no se haya creado, pensado, sufrido, anehelado, investigado; todo está ya ahí de antes, de mucho antes de nosotros, sólo que ahora nos interesa.

Lo nuevo no es lo que sucede, que ya sucedió y lo hará una y otra vez, sino cómo lo vamos descubriendo, sintiendo, asimilando; la primera vez que chocamos contra cualquier suceso, bueno o malo y ya viejo antes de nosotros, no quita para que nos impacte. Esa primera vez en la que abrimos los ojos a esa realidad, antigua al mundo pero no a nosotros, es única; las experiencias no, como nos van moldeando, sí.

También es ancestral saber que las experiencias ajenas no nos enseñan, que han de sucedernos a nosotros para apreciarlas, entenderlas, superarlas... si no, cada uno nacería con todos los conocimientos que hay bajo ese sol milenario, seríamos viejos al abrir los ojos, y entonces, quizá, si se pudiera crear algo nuevo, pero así no nos da el tiempo para tanto; cada uno hemos de aprender siempre lo mismo que los demás, independientemente de la época, raza, o lugar: condenados a aprender lo que ya se aprendió, por la incapacidad de aprehender sin la experiencia directa.
Puede que por eso lo que hay bajo el sol sea la repetición sistemática de todo, cada vez.

1 comentario:

  1. Los nuevos somos nosotros, generacion tras generacion. El resto es la Historia. Lo nuevo es nuestra historia, porque nunca la hemos vivido hasta que lo hacemos.
    Hacemos cosas nuevas cada dia porque las hacemos nosotros, aunque sea repetir pasos o acciones.
    Puede que no haya nuevo nada bajo el sol. Pero cada conversacion que tenemos es nueva, cada conclusion a la que llegamos es nueva.
    Vivan los viernes¡

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