martes, 15 de marzo de 2011

Relato en partes; 1- LA CENA


“¿Está todo preparado?” La pregunta hecha cientos de veces esa tarde recorrió la casa y obtuvo tres respuestas afirmativas cansadas de repetirse y al unísono. “Sí, señora”; “Sí, mamá”; “Sí, cariño”. A pesar de oírlas, no las escuchó, y la mujer siguió con la actividad inútil de quién no sabe qué hacer y quiere hacerlo todo. “¿Qué hora es ya?” “Las siete” “Dios mío, qué tarde, ¿cómo es que aún no ha venido nadie?” No hubo respuesta; estaban cansados y todavía no había ni empezado la cena. Una cena incómoda tanto para los que estaban en casa como para los que no habían llegado. “No es una buena idea, cielo, piénsalo bien. No va a funcionar”. Pero el sentido común del marido no tenía ascendente sobre su esposa, que cuando se empeñaba en algo, no había más que hacer. “Tenemos que reunirnos, es imprescindible. Nadie quiere responsabilizarse y yo estoy harta que me den largas. Sabes que es necesario: todo ha de quedar claro antes de que mamá… “ y en ese punto, invariablemente se paraba. No le gustaba ni le parecía delicado acabar lo obvio. Había aprendido a vivir sin enfrentarse a lo desagradable, si podía evitarlo. “Sigo creyendo que no es una buena idea.” Dijo Santiago, más por costumbre que por reivindicar su postura ya que pocas veces, más allá de la mera cortesía en preguntarle, se le escuchaba la respuesta. “Por Dios, qué tarde”. Y corriendo de un lado al otro del comedor intentaba que el tiempo hiciera lo mismo. La hija, cansada y de mal humor porque esa noche la obligaban a estar en casa, habiendo tenido que anular una cita con sus amigos, decidió hacer patente su disconformidad por todos los medios posibles; no contestando, hasta que el peligro de una bofetada era inminente, no ayudando en nada a fuerza de ser incompetente en cualquier encargo, estar sin arreglar, y ahora, a punto de que empezasen a llegar, irse a su cuarto. No quería estar allí. Se sentía víctima y arrastraba su desdén en un silencio que ella pensaba digno y contestando con unos monosílabos más parecidos a gruñidos que a respuestas.

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