miércoles, 15 de febrero de 2012

Inestable

La inestabilidad de lo estable.
Cuando más nos creemos a salvo, menos lo estamos. La necesidad de mantener esa ilusión es lo que la limita y acota. Es tan complicado no atarse a nada ni a nadie para que así, realmente se disfruten las cosas y la gente, que se cae en el error de creer que son nuestras.
No lo son.
Los reveses caen a plomo; cuántas veces se escucha la frase de que "no se lo esperaba", o la de "quién lo habría dicho", todas reprochando el golpe que vino a desbaratarlo todo; trabajo, casa, pareja, mejor amiga, confidente, hijos, vecino..., vivimos aferrados a nuestras propias conveniencias hacia los demás y el entorno: "Uy, quién habría dicho que el vecino de al lado era un asesino; si era tan amable y normal", claro, nadie quiere imaginar que bien cerquita vive el caos y la miseria. Así que miramos rápido y sesgado, nos atrincheramos en nuestras casas, salimos a la calle, quedamos con nuestra gente y procuramos que la "normalidad" dure lo suficiente para que no nos estalle en la cara.
Pero la Vida está viva y nosotros con ella y la Vida es inestable; es nuestro recurso pretender que no lo es. Un juego.

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