domingo, 5 de febrero de 2012

La mente

Siempre es divertido mirar las nubes y ver, en sus formas caprichosas, figuras con sentido. No hay vez que no se encuentre significado a sus contornos. Es muy entretenido. De niña me gustaba mucho lanzar una cadena larga porque al caer al suelo también creaba figuras que me gustaba descubrir en su desorden.
La percepción humana tiene eso: desde el caos organiza, dependiendo de su propia historia, sus significados. Así, ante la misma nube cada persona verá algo diferente, sobre todo, si son de distintas culturas. Su aprendizaje visual y simbólico serán los que lo definan.
Por supuesto desde esa base se ha tratado los tests proyectivos, los que ayudan a ver el inconsciente de quien aventura ver dos mariposas, un árbol o un diablo en simples manchas sin más.
La mente es compleja, a la vez, sencilla y sobre todo, muy cómoda. Usa subterfugios para no sobrecargarse, aunque así, nos manipule para que actuemos como quiere. Hay que aprender a conocerla, a no dejarnos engañar pero también a confiar en ella, porque muchas veces, sabe mejor lo que debemos hacer. Solo hay que saber si nos conviene a nosotros, no solo a ella.

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