martes, 12 de enero de 2010

La aquiescencia

Sé de personas que no necesitan de sí mismas para vivir, simplemente respiran, hacen lo que toca, se mimetizan de quienes las rodean, ponen sus aspiraciones donde todos, suda, trabaja, se divierte, acumula, llora, juega, conversa..., actúa igual al grupo, y si cambia de gente, hará entonces lo que ellos dicten; familia, amigos, trabajo. Da igual, esa persona no será persona sola, será lo que le dicten.

Hay que relacionarse, somos animales sociales, y es un gustazo enriquecerse unos de otros, y aprender y admirar, o no; ser entre seres. Pero los camaleones no son, se mimetizan, se dejan arrastrar por las circunstancias, las ideas ajenas, las acciones de los demás. Y así van.

Las sociedades más sumisas están llenas de personas así, las educan así y así se dejan vivir sus vidas; a todo dicen sí y a nada hacen ascos, si es lo que dice el resto que hay que hacer, claro.
Supongo que es una manera más de tiranía, la de fomentar la estupidez. Educar a la gente para que crezca sin voluntad, sin esfuerzo personal, sin motivaciones, sin metas. Es una de las garantías más seguras para dominar.

3 comentarios:

  1. Todos somos aquiescentes en mayor o menor medida. Como siempre el problema es la medida. No estoy segura de que el problema sea la educación, mas bien esté en la relación, algo que no siempre cuidamos ni tenemos en cuenta.

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  2. El como nos relacionamos tiene mucho que ver con nuestra profundidad humana, y sin pensar, sin habernos educado-cultivado, poca relación auténtica vamos a tener...

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  3. Disiento, Eva... (mira que me gusta discutir contigo)una cosa es la educación y otra el cultivo... este ultimo nos lo da la relación...

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