martes, 19 de enero de 2010

Mente libre

Al cabo del día, miles de pensamientos puros van y vienen, algunos se quedan, los concretamos, otros, si disponemos de cómo registrarlos, los apresamos toscamente a lo que sea, al papel, a la memoria, pero la gran mayoría se nos escapan, huyendo con sus contenidos. Qué rabia no dar abasto.

Me encanta dejar que mi mente sintonice esas ideas incipientes; quito barreras, la vacío para que recoja cualquier vibración, cualquier emisión de mi entorno. Ella libre, y yo apartada para no molestarla; que actúe sin mí. Luego cuando venga ya me contará.

Hay tal cantidad de sensaciones, ideas, imágenes, recuerdos, visiones, que marean, abruman. Se ha de seleccionar, discriminar, exponiéndose a olvidar las mejores, de las que ahora sólo queda la terrible convicción de que se fueron sin captarlas, dejándonos la estela de un contenido irrecuperable. Otras ideas parecidas vendrán, pero sabes que ya no contarán lo mismo: ese pensamiento nunca regresará, a veces, cuesta evitar que se escapen llenos. Son tantos los que se cruzan.

Qué maravilla dejar que lo más profundo de uno se sienta libre para irse y regresar mientras el cuerpo descansa de la carga de esos pensamientos que a veces nos atosigan y otras nos alivian.

2 comentarios:

  1. yo la inspiración, querida amiga, la vivo justo como una selección inconsciente de las mejores ideas y de las mejores palabras, no sé si las mejores pero sí las más oportunas para lo que uno esté escribiendo

    y me gusta pensar que con las personas pasa lo mismo, y que nuestra vida nos va poniendo delante a cada paso a la persona mejor para este momento, creo que sabes de qué te hablo, eva

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  2. Ls mejores son las que sobreviven, si no, es que no valian tanto. Pero no estoy tan segura de que el cuerpo pueda a llegar a descansar de las ideas...esa es otra idea que tenemos.
    Besos, Eva, y sigue pensando, que lo que a vida nos pone delante siempre acaba quedando atrás. Eso también es vivir

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