martes, 13 de abril de 2010

Andreita

"Esto no. Andrea, ven enseguida. Pero, ¿tú ves cómo te has puesto?, anda ve a lavarte a esa fuente. Ven a por la merienda. Anda, deja eso, no te manches. No hables mientras comes, cuidado con ese señor, siéntate, mira a esa nena, ¿ves? está quietecita, tú igual. No, te dije que eso, no".

En un sólo minuto de reloj, cronometrado, esa buena mujer había dado todas esas órdenes a la pequeña, que por cierto, no acababa de reaccionar. "Qué chiquilla, yo no puedo con ella, me saca de quicio, no sé que más puedo hacer", la mujer se lo decía a quién quisiera escucharla del parque, ahí sentados habíamos unos cuantos, una mujer más mayor le cogió el relevo; "Si es que los chiquillos de hoy en día no hacen caso. Ya se lo digo yo a mi hija, ya". Se empezó un diálogo sólo interrumpido por las órdenes de la madre de Andreita que llegó a dar dos contradictorias a la vez; "Anda, estate quieta, ni se te ocurra moverte de mi lado", para al acabar, decirle que fuera a tirar el papel de la merienda a la papelera que estaba enfrente. La niña se echó al suelo y empezó a gritar. "Mire usted, mire, a ver qué hago yo ahora, no he visto niña más desobediente", "Sí, ya le digo, los niños de hoy en día".





2 comentarios:

  1. Uyyyyyy¡¡ los niños de hoy en día¡¡¡¡ no debemos olvidar que serán los adultos del futuro, los que pagarán nuestras pensiones, nos cuidaran en los hospitales, recidencias... ¿nos cuidarán? uf¡

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  2. Eso lo dicen los viejos para no reconocer que ellos hacían lo mismo en sus tiempos.

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