jueves, 15 de abril de 2010

Aprovechar hasta el último segundo

Lo más satisfactorio del día, es acabarlo y estar a gusto con él, a cualquier nivel; mirar las horas transcurridas y sentirlas llenas, de lo que a cada uno le parezca, eso es independiente. Normalmente nunca estamos del todo de acuerdo con ellas; algo se podría haber hecho de más o de menos, aquí habría sido mejor eso o aquello, pero en líneas generales, si el día ha salido de acuerdo con lo que esperábamos de él, lo damos por bueno.

Claro, que todas esas horas, que a veces parecen muchas y otras, muy pocas, no son totalmente nuestras, es decir no las podemos manipular como querríamos, las compartimos con el resto de la gente que las vive, cercanos o no, estamos interrelacionados, todos, más de lo que creemos. Ya lo promulga la teoría del caos con su efecto mariposa: "El aleto de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo", y es cierto que
algunos comportamientos en sus mínimas variaciones, tienen alcances imprevisibles.

Lo mejor es estar atento a cada segundo y vivirlos lo más intensamente posible, haciendo lo que se ha de hacer, lo que se quiere hacer y siendo flexibles a lo que nos traen, pendientes del posible aleteo lejano de esa mariposa, o atentos por si los que aleteamos somos nosotros mismos.
Cada día podemos crear, sin saberlo un tsunami, o sufrirlo. La vida es impredecible, aunque no lo parezca.

1 comentario:

  1. Uf¡ tanta atención cansa...vivir es estar, nada mas.
    Y, si, la vida parece impredecible, aunque no nos guste reconocerlo...aprender de la sabiduria de la incertidumbre es todo un logro
    Improvisemos, que algo haremos, jeje

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