miércoles, 7 de abril de 2010

Horas

O todo va acelerado o lento. Los días, con igual número de horas, no duran lo mismo. Unos se eternizan, los más, vuelan. A veces se acaban vacíos, otros, demasiado llenos. Cómo es posible que las mismas horas sean tan elásticas; puede que el cuerpo se pasee por ellas siempre de igual forma, pero la mente no.
El tiempo y el espacio van más unidos de lo que se piensa, cuando nos desplazamos cambiamos el horario, unos segundos, unos minutos, unas horas…, las últimas sí nos las hacen cambiar en el reloj, pero las otras, no. ¿Para qué?, demasiado sutil, aunque no quita que a cada paso que nos alejamos del punto de destino nos movemos también en el tiempo.
Siempre que en esas horas suceda algo no habitual, la mente lo registrará más largo, más intenso, por eso siempre parece que el camino de ida dura más que el de vuelta, porque todos los estímulos nos son nuevos, al regreso, por ser conocidos, no les prestamos tanta atención y la vuelta se nos hace más breve; no hay sobrecarga de información, se almacena más ligero pareciendo más corto, y sucede así, incluso en trayectos conocidos, siempre el regreso parece menos largo.
Las horas físicas duran sesenta minutos, las horas que vivimos, no. Aprovechemos cada una de ellas, engañemos al Tiempo.

1 comentario:

  1. A veces es el tiempo el que nos engaña a nosotras. ¿Cómo puede pasar tan rapido cuando hablamos y tan lento cuando trabajamos? jajaja

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