lunes, 12 de abril de 2010

No se puede evitar

Hay ocasiones que aún sabiendo lo que va a suceder, conociendo lo que a otro le va a pasar por haberlo vivido antes, no se tiene más remedio que callar y mirar cómo cae; es descorazonador, pero a veces, incluso, es mejor no hacer nada.
Las experiencias se han de ganar, uno ha de caer al agujero, solo, como mucho se le puede advertir de su presencia, pero si no cae, como caímos todos, no se levantará, no aprenderá, no seguirá adelante.
Sobreproteger es pernicioso, anula cualquier vestigio de libertad individual, uno se ha de quedar al margen, por mucho que duela, y tras haber avisado, si se ha podido, sólo cabe esperar.
Y duele, aunque la persona no sea conocida, verle venir el caos encima; una solidaridad, más allá de saberla amiga, te invade. Duele, aún en otros, el caer.

1 comentario:

  1. No siempre sabemos lo que va a suceder aunque creamos que es asi...unas veces acertamos, otras, no. Solo si recordamos que lo que siempre sucede es que siempre salimos (y salen los demas)reducimos esa angustia solidaria de verlos caer...
    Levantate y anda¡

    ResponderEliminar