Hay épocas en las que parece que nada avanza, calma sin viento, y mientras, uno va buscando lo que sólo el azar o el destino, nos ponen delante, no cuando queremos, sino cuando menos lo esperamos, es la paradoja de que si buscas, no encuentras, qué difícil es disimular, engañar ese azar para que no se entere de que estamos anhelando algo, pero no hay quien se lo salte; lo deseado llega cuando llega y de la manera más inesperada.
Entre tanto vamos viviendo, uniendo secuencias, hasta que, al dejar de pensar en lo deseado, aparece.
El destino siempre está a la vuelta de la esquina, lo que nos toca saber, es en qué esquina está apostado, y la única manera que tenemos es andar y girar disimulando.
Entre tanto vamos viviendo, uniendo secuencias, hasta que, al dejar de pensar en lo deseado, aparece.
El destino siempre está a la vuelta de la esquina, lo que nos toca saber, es en qué esquina está apostado, y la única manera que tenemos es andar y girar disimulando.
Recuerdo que caminaba disimulando un día que esa personase se giro a mirarme con una amplia sonrisa, me miraba y sus ojos parecían brillar, recuerdo que disimulaba que no me miraba, que no era yo el autor de esa atención y efectivamente era así. Ni siquiera atisbaba a pensar nada más lejos que lo único que miraba era un recorte de papel tamaño folio que llevaba pegado en la suela del zapato y que en ningún momento me había fijado que formaba parte de la vestimenta de aquel día soleado hasta que cruel destino todo se desenmascaro cuando ella llego a la meta de aquel chico moreno y mientras lo besaba señalaba al autor de aquella parodia un tanto BennyHillesca y comprendí ese interés desmesurado. Tierra trágame, pero de la misma forma salí del paso como si todo aquello no fuera conmigo y volví a disimular. Nadie se percato de aquel interés puntual que me causo aquel movimiento de su pelo lacio y sedoso.
ResponderEliminarExperto en tácticas y técnicas del disimulo con el tiempo comprendí que no se puede forzar nada en esta vida. Que la razón de lo causal es justamente su propiedad: el no forzar las situaciones, caminar despacio intentando no tropezar pero caminar, sentir dejándose llevar por corrientes. Cerrar los ojos y seguir adelante sin buscar ningún giro en concreto pues siempre al final me han sumado 360º no sé si Celsius o Fahrenheit cuando justamente con la mitad cambiaria todo. Menos es más que seguramente alguien diría…
Mis mejores momentos¿? Aquellos improvisados…