viernes, 7 de mayo de 2010

Verdades

"¿Cuánta verdad somos capaces de soportar?", quien dijo esto, murió loco. Y es cierto, no siempre se puede asimilar toda la verdad de golpe, normalmente, la vamos digeriendo poco a poco, las grandes verdades nos dejan como anestesiados, igual que al darnos un golpe y no sentir el dolor, pero saber que en segundos aparecerá, y las manos se dirigen a la zona para intentar amortiguarlo, masajeándola, en un intento inútil de que no acusemos el trompazo. Con la mente sucede igual, a grandes golpes de veracidad, nuestro subconsciente se acerca para suavizar, filtrar, confundir, negar, darnos un tiempo -doloroso-, para acusar esa nueva realidad.

No creo que nadie acepte sin pestañear una verdad ajena a la suya, que por fuerza, será sesgada, incompleta, propia. Qué difícil mantener un cara a cara con la realidad más allá de nosotros; esa verdad es la insoportable, la que nos enfrenta a la que habíamos amoldado a nuestro gusto.
La Verdad no existe; son parcelas de diferentes realidades. Pero ver cómo es la tuya desde otro lado, puede ser aterrador o no, depende de lo deformada que la hayas cultivado.

1 comentario:

  1. La verdad no tiene por qué herir o doler, si es verdad. Otra cosa es cómo se muestre. Otra cosa es cómo la recibamos. Somos nosotros los que nos dolemos por no ajustarse a nuestras mentiras

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