jueves, 26 de agosto de 2010

Otros mundos

El tiempo se escapa, se escurre entre el espacio, se acortan distancias y eso parece que también transforma al Tiempo que se atrasa o adelanta con respecto a lo que vamos avanzando; no es la misma hora, aunque difieran segundos o milésimas de segundo, en un lado que en otro.
Estar aquí, luego allí, más tarde allá, abrir los ojos en un lugar distinto a donde los cerraste, es caóticamente emocionante. Es como vivir, durante un ratito, diferentes vidas, como si se abriera una grieta en el tiempo para dejarte experimentar un tramo de ellas, siendo lo que nunca fuiste ni serás, pero por un momento, sus vidas lineales se unieron a la tuya, porque dejó de serlo por unos días.
Eso es lo que renueva: hacer bucles en el tiempo, compartir paisajes y vivencias ajenas a uno completamente, salir del espacio-tiempo cotidiano para entrar en un tiempo sin espacio.

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