miércoles, 24 de noviembre de 2010

Escribir

A la conclusión que hemos llegado, y a la que llegamos siempre, una amiga poetisa y yo cuando hablamos, es que lo importante de escribir no estriba en estar delante de personas que te escuchen, hayan sido convocadas o no, amigos o incondicionales. Lo que mueve la poesía, las palabras, son las ganas, la necesidad de escribirlas, esa desazón que te recorre por dentro hasta que las liberas; ese agobio diario si no te has puesto a plasmarlas en el papel, en la pantalla; es salpicarlas por todas partes, que no dejen de mojarlo todo, cualquier superficie, cualquier lector que las atrape y se las lleve consigo, para reescribirlas, para que le crezcan por dentro y le den una pequeña lucecita, un ligero calor, ese cosquilleo agradable que hacen al moverse cuando están en uno.
Eso es escribir. Lo demás son daños colaterales.

3 comentarios:

  1. Eva tienes razón. Eso es escribir. Y gracias por dejarlo aqui entre tus fragmentos.

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  2. Strawinsky dijo algo así como que una vez que uno tenía una idea (a la cual nadie había llamado) ya podía empezar rápidamente a pensar qué hacía con ella, y rápido, antes de que a uno le subiera la fiebre...

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  3. Yo, tal como dijo el maestro, sé que las ideas se esfuman casi a la misma velocidad con la que llegan, y si no tengo cerca un papel para anotarlas, aún sin fiebre, se me desvanecen, y luego algunas vuelven aunque sean como sombras pálidas de lo que fueron, pero otras jamás regresan, y seguro que eran las mejores. Tú arrambla corriendo las tuyas y aparta esa fiebre...

    Gracias a ti Lola por tus poemas y palabras.

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