martes, 4 de enero de 2011

Febril

Cuando se tiene un poco de fiebre y malestar, el mundo da más vueltas de las normales ante uno. Las cosas se deforman en tamaño y cuesta todo mucho más esfuerzo, el sueño nos atrapa y nos presenta imágenes oníricas vívidas y absurdas que nos aplastan contra la almohada y nos hace sudar.
Lo que nos rodea cobra vida, a veces, amenazante, otras, indiferente, pero la percepción, los sentidos, saltan a la mínima y las ideas, que ahora parecen geniales, cuando la fiebre baje y las leamos sin ella, veremos que solo son deformaciones de los reflejos ya de por sí distorsionados.
Pero ahora, son hermosas.

2 comentarios:

  1. No se puede valorar una idea febril en un estado convencional: no suele haber suficiente lucidez.

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  2. Ciertamente, hay que aprovecharlas cuando te venga de nuevo la fiebre, aunque sea la creadora...

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