jueves, 10 de mayo de 2012

Relato. 1 Parte, Némesis

Hoy, después de tantos, no me sorprendió encontrármelo en mi buzón. Por supuesto era de color gris. Había aprendido a saber de qué color sería el sobre. El primero me llegó el día en el que ella entró por primera vez en el bar. Yo trabajo en un bar.
     Cuando empecé a servir detrás de una barra hace unos siete años, lo tomé como un trabajo provisional. La pereza de buscar otra cosa y la traidora seguridad de los ingresos fijos, me domesticaron. Ya no buscaba, como solía, nada alternativo. No se estaba tan mal. Pero hay días, en los que las ilusiones renacen escociendo de nuevo, y fue en uno de ésos cuando ella apareció por primera vez.
     Soy muy observadora, me encanta contemplar a la gente, intentar adivinar sus ocupaciones, sentimientos, maneras de ser... soy una espectadora. Ahora sé que no soy la única que vive la vida a través de los demás, dejando a un lado la suya  propia... Ahora sé que esa disposición mía es algo especial.
Con ella entrando en el bar empezó la manifestación de mi don.-
-Un  café cortado y uno de esos bollos, por favor.
Su voz ronca, de registros apenas audibles, me sobresaltó. No me había dado cuenta de que nadie hubiese entrado, ni había oído la puerta abrirse, sólo la vi cuando me habló desde uno de los taburetes fijos al suelo que hay delante de la barra. 
Hasta ahí, todo normal. Le di lo que me pidió y me pagó. Empecé a colocar los platos para los cafés en fila a lo largo de la barra, esperando los almuerzos rápidos de las once, cuando más jaleo hay.
Al acabar miré hacia ella pero ya no estaba. Tampoco la había sentido salir.

2 comentarios:

  1. Pues el relato promete. Sigue, sigue, que te leemos...

    ResponderEliminar
  2. Gracias, va por ti! (es uno de los primeros que hice, lo pongo con casi nostalgia) besos

    ResponderEliminar