domingo, 27 de mayo de 2012

Somos, o no...

El tiempo del que disponemos es más bien breve, aunque a veces nos parezca eterno. Pero no lo es. Y además lo infrautilizamos. Lo desconocemos.
Creo que por eso, una máquina del tiempo, es algo que todos hemos soñado tener, en cualquier época y civilización; algo que te muestre cómo era el mundo antes de nacer y cómo será sin ti.
No nos acaba de gustar saber que el mundo existía antes de uno y que seguirá después, nos vemos como la medida del universo -cosa infantil pero hasta lógica, ya que es a través de nuestros sentidos cómo reconocemos el mundo-, por lo tanto, sin nosotros, el universo entero, deja de tener significado real.
Esas ganas de trascender a nuestro tiempo, al Tiempo, de pasearse por entre otras civilizaciones, pasadas, presentes y futuras, nos suaviza un poco la limitación vital, tan mínima.
Da vértigo ver detrás de ti, delante, y no verte.

2 comentarios:

  1. Por eso plantamos un libro, tenemos un arbol, y escribimos un hijo; el orden de los factores no altera el producto.

    ResponderEliminar
  2. No,no lo altera, solo lo perpetua... besos

    ResponderEliminar