domingo, 31 de enero de 2010

Valentía

Dejar algo detrás de cada día, que no pasen en vano esas veinticuatro horas en las que está fragmentado, que conste que hemos recorrido todos los segundos para algo, para alguien.
Trascender, mirar atrás y constatar que nuestro paso no fue invisible, sirvió.
Todos buscamos anclarnos en la marea absurda del caos. Es gratificante tomar el timón, ser, no sólo estar.

Los años pasan igualmente, qué mejor que dejemos nuestra impronta, nuestros sueños convertidos en realidad. No permitirnos, por pereza, por desidia, por excusas, abandonarlos, abandonarnos.
Aunque para eso tengamos que forzarnos, incomodarnos, traernos a la dura disciplina que conlleva convertir lo onírico en realidad. Y cuesta.
Hay que ser valientes, luchar contra los límites para eliminarlos, derrocarlos, ampliarlos, construir sin ellos, lo que muchos, creerán quimeras. Incluso a pesar de que lo sean.
Arriesgarse a ser ese que se sueña.

5 comentarios:

  1. "Arriesgarse a ser ese que se sueña"
    Maravillosa síntesis de tu blog de hoy, esencia de tu pensamiento profundo y universal, que avanza imparable en el tiempo y en el espacio...
    ¡Magnifica Eva!!

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  2. me traes a la mente un montón de cosas

    un beso

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  3. Cerrar los ojos, concentrarse.
    Apretar el puño y los dientes.
    Condensar todo el Universo en un solo punto y saltar al abismo.

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  4. A veces es mas valiente vivir con los límites, que lo hay, pero eso sí, al límite.

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  5. SOMOS LO QUE SOÑAMOS Y CUANDO ALCANZAS TUS METAS, POR CORTITAS QUE SEAN, SE ENTIENDE QUE SOLO BASTABA CON QUERERLO.

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