martes, 14 de septiembre de 2010

Nada

Lo que no sabemos supera tanto a lo que creemos saber, que nadie debería dar por sentado nada.
No tenemos ni idea del mundo, del universo que lo contiene, del infinito donde se mueve, todo son teorías que se van aproximando, o alejando, dependiendo de nuevos descubrimientos, de mejores mentes que lo enfoquen, de logros tecnológicos, que dejan como juguetes ridículos, a sus predecesores; objetos, ideas infantiles, que vistas desde un ahora siempre cambiante, y que fueron base de pensadores, artistas, sociedades y culturas, nos muestran que las ideas que ahora nos sostienen, serán pueriles cuando las desbanquen las que aún no han llegado.
Cierto que la ciencia se basa en eso mismo; en que es válida hasta que se demuestre lo contrario. El paradigma es cierto: nada es para siempre. Y aún así, mira que le cuesta a la sociedad asimilar esas nuevas ideas, cada vez que luchan por imponerse.
Y para no conocer, no hace falta poner los ojos en las estrellas, o la gravedad, o un hormiga, con mirarnos a nosotros mismos, ya tenemos bastante campo desconocido: ni sabemos quienes somos, ni a dónde vamos, ni cómo llegamos. Y menos abstracto; ¿quién se conoce, quién puede describir su propio destino, sus circunstancias, su día a día...? Nadie puede.
No sabemos nada, y aún así, jugamos a saberlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario