miércoles, 18 de enero de 2012

Evocadores

Las evocaciones varían influenciadas por el momento en las que se convocan; si en ese momento los sentimientos hacia lo que recuerdan es grato, el olor, visión o tacto evocado será hermoso, profundo, casi triste por ser solo la reminiscencia de lo que fue, y llenará el ambiente de recuerdos y visiones de momentos gratos.
Pero si ese perfume, o fotografía o pañuelo que quiso resurgir del cajón por donde estaba perdido salen en un presente ingrato para lo que recuerdan, lo que nos traigan será odioso; en vez de paz, una rabia sorda se irá expandiendo por dentro nublándolo todo porque sus imágenes nos dictarán dolor y rechazo.
Y muchas veces un mismo objeto, una misma evocación que no ha cambiado y que nos retrotrae hacia su dueño o espacio, podrá, dependiendo de lo que sintamos ahora, ser bello o terrible: ese mismo olor ante el que se cerraban los ojos aspirando sin prisas para ver lo que ya no está, ahora se rechaza, se intenta enmascarar con otros, se niega la presencia física de quien nos lo recuerda.
Un evocador es un genio de humo al que damos el cuerpo que queremos. No es más; un fantasma creado por el hoy de un ayer que varía porque nosotros hemos seguido adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario