martes, 1 de junio de 2010

Palabras al azar

Pillé una conversación al vuelo, las mejores, en la que uno decía a otro: "Fíjate, tantos estudios y tanto esfuerzo para venir a trabajar a esta ciudad", se refería a la suya, claro. No se daba cuenta, de que para el otro, el que tanto trabajó, estar en esa ciudad puede ser un logro personal, hasta exótico si se quiere uno poner a imaginar.
La gente pierde empatía; un parisino no ve nada especial en los Campos Elíseos, ni un romano en el Foro de Trajano, y así los ejemplos que uno quiera.
Esta persona no supo salirse de su rutina, de sus calles y hábitos para verlos desde el punto de vista, siempre nuevo y asombrado, de quien no vive en ese mismo lugar.
Acabar en Londres puede ser algo tan frustrante -o maravilloso-, como terminar en Moncófar. No es el lugar el que nos dicta el éxito, o no, de una vida; es la vida misma.

1 comentario:

  1. Desde este punto de vista, los gallegos somos sabios: nada más nuevo, asombroso, y mejor!, que volver al mismo punto de partida otra vez... y otra vez... y otra vez... Ah, nada como no salir de aquí, y sin superación de ningún tipo!!! Pura vida en nuestras mentes!!!

    Aunque me temo que este es otro tema... Se impone Fragmento al respecto...

    Un besazo!!!

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