miércoles, 23 de junio de 2010

Ríos

No hace nada que he subido por las escaleras de caracol que atraviesan el mismo centro de la casa de mis amigos, dos amigos a los que va a hacer un año que el azar nos juntó con una de esas casualidades que le gusta tanto crear: hora precisa en el sito correcto. Sólo así podríamos habernos conocido y desde entonces, hemos ido renovando y afianzando, con risas, cafés, tés, juegos, retos, radio, intercambios, y sobre todo, palabras, una amistad que considero un regalo muy preciado.
Este año, he reencontrado amistades, creado nuevas, y consolidado todas.
Y esto no va en disonancia con el anterior Fragmento, el de la soledad, para nada, es que desde mi pozo, comparto mi agua con todos vosotros, los que me leéis, escucháis, llamáis, con los que compartís vuestros momentos conmigo. Qué río tan hermoso se crea, uno que desembocará en el mar, que aunque no lo llene, lo embellecerá.

2 comentarios:

  1. Que suerte tienes, aunque la soledad me parece más productiva.

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  2. Es preciosa esta entrada y me siento una privilegiada en estos momentos al leer este mensaje. Gracias mil mi querida Eva.

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