domingo, 26 de septiembre de 2010

Traidores

Ahora, casi instalados de nuevo en la rutina, sin alejarnos de ella, es cuando vivimos más el tiempo discontinuo del verano; los viajes, los días distintos, ya no están atados a horarios, cansancio, calor, contratiempos. Ahora se les puede mirar con romanticismo, recordar lo hermoso, las novedades, los encuentros; lo limpiamos de realidad y nos quedamos con la esencia.
Eso está bien, mientras sepamos ver que tenderemos a manipular, maquillar y pulir los recuerdos eliminando las incomodidades vividas, porque si no somos conscientes, nos agobiará el regreso a la cotidianeidad, una que desde lejos, también podríamos lavarle la cara y recordarla con nostalgia.
Los recuerdos son engañosos, bonitos, pero traidores si les dejamos.

1 comentario:

  1. la discontinuidad veraniega me tenía agotado, prefiero esta rutina rutinaria.

    ResponderEliminar