sábado, 2 de octubre de 2010

Talento

El talento es algo que más bien duele que ayuda. Suele no verse, o si se ve entre los que no lo tienen, lo esconden para que no les haga sombra.
Habría que definir talento, pero yo lo veo como la capacidad de hacer lo que los demás no logran, de ver lo que nadie ve, de llegar a donde pocos llegan y cambiar, con su punto de vista, el tapiz habitual.
Músicos, físicos, poetas, narradores, visionarios que etiquetan y encierran con sus talentos, perdiéndolos junto con sus disciplinas al no permitirles ser libres de transmitir lo que pueden dar.
Muchos se malograron, otros no fue hasta su muerte, que ya, indefensos y mansos, se les pudiera aclamar. Pero los que intentan luchar desde su talento contra la infraestructura existente, siempre, pierden energías en esa guerra, quizá necesaria, puede que absurda. Pero nunca productiva. Lo que pudo hacer Galileo sin la Inquisición, Mozart sin los celos, Sócrates sin la envidia..., parece como si los genios, tuvieran que tener freno para no acelerar demasiado las cosas.
Cuánto talento estamos parando ahora. Es la pregunta.

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