miércoles, 13 de abril de 2011

Épocas, ni mejores ni peores

No solo hay crisis material; la hay espiritual.
Nos refugiamos aún más en la individualidad, nos aferramos todavía más a esa lucha sin cuartel contra el mundo más allá de uno mismo; el egoísmo, ya acrecentado por un nihilismo y hedonismo anterior, se desborda.
Cada uno se refugia en su cáscara, como mucho, la saca a pasear junto a otras, creando la ilusión de compañía. Pero no, no la hay.
Las zancadillas abundan, el tedio impera. No está siendo una crisis solidaria.
A pesar de estar más informados, más comunicados, más capaces -o precisamente por eso-, dejamos de lado la información para tontear con ella. En vez de profundizar, apartamos a los demás y cortamos cualquier intento, objetivo o subjetivo, de querer hacer más, saber más, implicarse más.
Es lo que hay. Ni mejor ni peor que en otras crisis.
Y lo peor es que si te implicas, acabas, encima, apaleado. No has de ser ejemplo, ni darlo: Quedaría el resto en evidencia.

1 comentario: