domingo, 6 de septiembre de 2009

Palabras libres

Me sorprendió comprobar que estos fragmentos que hago llegan, se leen.
La responsabilidad de las palabras asusta. Siempre he admirado aquellos que opinan con letra impresa, que nos hacen llegar sus ideas, repulsas, admiraciones o dudas, de una manera sistemática --honrada o no--, lo que me impresiona es la valentía de mostrar públicamente lo que piensan de lo que les rodea.

Yo, como escritora, uso las palabras más íntimamente, las voy agrupando, domesticando día a día, sin prisas y con mimo, para que cuenten las historias que crecen dentro de mí, suavemente, sin notarse apenas, para luego, con el tiempo, tener delante toda la vida que quería contar, página tras página.

Pero cuando me sugirieron que empezara un blog y me decidí, no sabía que las palabras, que trato como si fueran de una novela, con mimo, despacio, para mí, las leen --interesen o no--, pero se leen.

Es una novedad extraña, no se quedan conmigo tiempo, no las puedo revisar, cuidar, modificar: se van de casa, independientes, libres, llevando un mensaje que ellas sabrán cuidar solas, porque yo ya no estoy ahí.
Gracias a quienes las recojan, cuidenlas.

3 comentarios:

  1. La falta de una reflexión pausada, en la escritura, en la vida, da lugar a terribles errores que, con los años, permanecen imborrables, mucho más indelebles que nuestros aciertos.
    No obstante, qué sería de nuestra vida sin todas esas palabras mal dichas, equivocadas...?!

    Los músicos conocemos muy bien el valor de la improvisación: abrirle la puerta al error provoca verdaderos momentos de magia que jamás se consiguen con una reflexión duradera. Quizás el estilo pueda sufrir un poco, pero a cambio dará una imagen más clara de lo que alguien tiene en lo más profundo de sus estructuras mentales.

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  2. Borja, me encanta tu comentario y lo comparto.

    Sin errores, no notaríamos los aciertos, sin la oscuridad, no veríamos la luz. La vida es un tapiz de claros y sombras.

    La reflexión es necesaria a menudo, pero no darle una oportunidad a tu pronto, a lo que las tripas te dictan o el corazón te grita, de vez en cuando, es erróneo.

    Perder los verdaderos momentos de magia es sinónimo de vegetar. Y si vegetas, no vives, dejas pasar la vida sin más.

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  3. No suelo comentar en blogs ajenos, pero quería que supieses que yo he venido a recoger tus palabras agrupadas, el buen uso que haces de ellas en tus entradas me agrada.
    Felicidades

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