miércoles, 2 de septiembre de 2009

Si uno quiere, ¿puede?

Si uno quiere, puede.

No sé aún, si es un dicho optimista o pesimista, la verdad. A veces, por mucho que uno quiera, no puede, y ve con envidia insana como otros delante de ti, sin querer, pueden. La rabia que da el asistir a esos éxitos ajenos sólo es comparable a lo mal que te sientes constatando que hacen sin ningún esfuerzo lo que tú matarías por hacer o poder.

Hay ocasiones en las que vas empeorando el asunto a fuerza de intentar hacer lo que no puedes, aunque quieres: vas metiendo la pata, enredando la madeja, anulando el poco talento que te queda en el empeño, y sin darte cuenta, no sólo no puedes, es que ya ni quieres.

Lo malo viene cuando te has de enfrentar al hecho innegable a estas alturas, de tu absoluta incapacidad en ese terreno, en el que querías pero no puedes: ya es evidente.

En este punto entran las vacilaciones, incluso las justificaciones, arremetes contra el destino, contra los dioses incluso, que para eso están, y poco a poco, también, vas entendiendo que querer es algo más que poder.

Una vez visto que ya ni quieres ni puedes, te dedicas a indagar qué quieres hacer, y a ser posible, a asegurarte antes de si podrás hacerlo.


3 comentarios:

  1. ¿Y qué me dices cuando uno quiere y puede, pero choca con la no reacción del otro?

    A veces, aunque uno quiere y puede, no es suficiente, porque necesita de que el otro quiera y pueda a su vez.

    Geli

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  2. jeje, no era un asunto interpersonal, iba más allá

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