A pesar de los pesares, creo firmemente, que lo que más nos acerca a estar vivos es hacer aquello que nos llena, que hacemos bien, que nos da esperanzas y disgustos, que nos sigue a lo largo del tiempo, aunque, a veces, lo haga bajo tierra esperando su momento. Sin eso que nos ancle en el día a día, que nos persiga y acompañe, independientemente de los acontecimientos, es más complicado respirar.
Y todos tenemos ese duende, todos hacemos algo mejor que nadie y que nos hace sentir bien al hacerlo.
Esos duendes son escurridizos y están muy malcriados, van a su ritmo, no esperan a nadie ni a nada, se confabulan incluso contra nosotros, pero ahí están, confeccionando zapatos mientras dormimos, para que cuando nos levantemos, tengamos algo por lo que mantenernos despiertos.
Y todos tenemos ese duende, todos hacemos algo mejor que nadie y que nos hace sentir bien al hacerlo.
Esos duendes son escurridizos y están muy malcriados, van a su ritmo, no esperan a nadie ni a nada, se confabulan incluso contra nosotros, pero ahí están, confeccionando zapatos mientras dormimos, para que cuando nos levantemos, tengamos algo por lo que mantenernos despiertos.
Un tono algo más positivo, esta vez sí. Sonrío.
ResponderEliminarLos duendes desaparecen con la luz y nos dejan a nuestro aire, para que con las equivocaciones del día a día, se justifique su existencia.
ResponderEliminar