viernes, 8 de julio de 2011

Creaciones

Cuando se imaginan situaciones, para que queden verosímiles, hay que llevarlas a sus extremos y aproximarlas a una realidad factible. Cuando algo rasca, entonces, se desechan. Es básico.
Pues parece que no tanto; hay películas, series, libros, donde ninguno de los personajes se comporta como toca, en los que las situaciones, en vez de ser coherentes con ellas mismas y el contexto, incluido el azar, se manejan como interesa al creador para colocar lo que él quiere, el deus ex machina aparece con excesiva frecuencia, se anticipa desde lejos la manipulación, se pierde interés en una trama irreal que busca un efectismo cada vez más básico...
La imaginación, si pudiera quejarse, lo haría. Ya no está para la creación, sino para las ventas, eso no puede ser bueno. Si perdemos la capacidad de imaginar lo perdemos todo.

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