miércoles, 13 de julio de 2011

Relato, 3 parte. EL CARILLÓN

-Elisa, ¿ya está la merienda?
-Sí, madre.
-¿Qué reloj he de coger, hija?
-Acuérdese, madre, el de la cinta roja.
-¡Ah!, ya lo tengo.
-Discúlpeme un momento, voy a ayudarla. Le he de recordar que está usted aquí. -Elisa salió de la salita.
-Madre, póngase esta mañanita que el saloncito está destemplado, así, con cuidado.
-Cogí bien el reloj, ¿verdad? -su hija miró hacia la mesita y vio que efectivamente, de entre todos, había elegido el correcto.
-Sí, madre, acuérdese, el rojo marca las seis, la hora de la merienda.
-Ya, hija, ya. ¿Con quién hablabas?
-Con ese señor que quería preguntar por Sarita. Es muy amable, le va a gustar, ya verá.
-¿Era él el que llamé hace un ratito?
-Sí, claro.
-¿Ya le has ofrecido de merendar?
-Claro, mamá, y ¿sabe qué?, se toma el café como padre, sin azúcar.
Andaban por el pasillo mientras hablaban. Una apoyada en la otra y las dos a la vez, sonriendo con la complicidad que dan los recuerdos compartidos.
-No se levante, joven -la madre impidió que Félix se enderezase del todo, dejándole a medio camino entre estar erguido y sentada -, está usted en su casa.

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