jueves, 1 de julio de 2010

Almas sabias

Hay gente que sin tener que recorrer el mundo o vivir muchas y diversas situaciones, asimila y entiende la experiencia de la vida, de las cosas, la razón de ser del centro mismo de las almas.
Y al contrario, gentes que no paran, que van de allá para acá, que un lunes se despiertan en un sitio y a final de semana se acuestan en otro, pueden ser totalmente permeable a cualquier intento de interiorización.
Unos, hagan lo que hagan, vean lo que vean, es como si tuvieran una capacidad mayor para observar, deducir y comprender, y los otros, aunque lo tengan delante, son incapaces de sumar dos más dos. La sabiduría no viene, sólo, de vivir, sino de aprehender lo vivido, independientemente de la naturaleza de lo experimentado.
Siempre me gustó Mss Marple, el alter ego de Ágatha Christie, esa anciana de apariencia anodina, casera, que no salió de la verja de su jardín más que en contadas ocasiones, pero que sin embargo, entendía el alma humana como nadie. O las hermanas Brönte, con Emily a la cabeza, que supieron plasmar la pasión desde su vida recatada y doméstica.
Ellas son del primer grupo, el que consta de personas que saben ver y entender desde su propia profundidad, hombres y mujeres con una percepción del mundo perspicaz y honda. Vidas intensas más allá de lo mundano. Almas sabias.

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