jueves, 29 de julio de 2010

Profetas

Es verdad que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Ahí entran, normalmente, familia, amigos, vecinos, gente que conoce de primera mano al profeta, ya sea artista, filósofo, músico..., cualquier disciplina es válida.
El ver a alguien moverse, desde siempre, al lado, cerca, con las mismas circunstancias que ellos, hace que o no lo vean o no quieran verlo. Ya sea por falta de perspectiva o por exceso de celos, la gente grande no se ve grande desde cerca.
Todos tenemos comportamientos diferentes en distintos contextos, y un amigo siempre verá distinto al genio de como lo ve un admirador -que por cierto, daría lo que fuera por poder estar en el lugar del amigo-.
Es como si al ver el lado cotidiano, supusiera un problema ver el aspecto genial de quien sea.
Si se trata de celos, envidia o simple incapacidad, es ya porque hay que asimilar que cada uno llega hasta donde llega, y si otro hay mejor, es complicado aunque deseable, reconocerlo... a pesar de estar en tu tierra.

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