sábado, 3 de julio de 2010

Preguntando

"¿Y esto qué es?"; "Es una tuerca"; "¿Y para qué sirve?"; "Para atornillar cosas, mira, ¿ves? como este columpio, está atornillado al suelo"; ¿Por qué está atornillado al suelo, mami"; "Para que todos los niños que se monten en él puedan columpiarse sin miedo a caerse"; "A caerse, ¿de dónde?"; "Del columpio, si el columpio no estuviese atornillado al suelo, os caeríais todos"; "....pues yo me caí el otro día con el abuelo, y estaba atornillado, ¿no?"; "Ya, es verdad, pero te caíste tú, no el columpio"; "¿El columpio también se cae al suelo, entonces?"; "Si no está atornillado, sí, para eso está atornillado con la tuerca, ahora ya sabes para lo que sirve"; "....ya... pero, sirve también para más cosas, ¿no?"; "Claro, piensa para qué más cosas puede servir"

Si no se cierra la puerta a la curiosidad de un niño, el mundo será un lugar mejor, sin duda. Cuando ese niño sea adulto sabrá situarse y situar la vida de la manera más conveniente posible, y él a su vez, abrirá nuevas puertas a la observación, curiosidad y motivación, para que otros niños entiendan que pueden manejar sus destinos, hasta donde éstos se dejen, claro.

2 comentarios:

  1. que pocas , creo que ninguna vez he oido respondar una madre a su hijo asi ,suena a pelicula preparada y estudiada cuantas puertas nos abres con estos fragmentos que facil es todo cuando se sabe , SIEMPRE TE LEO AUMQUE NO TE COMENTE UN BESO

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  2. Doy fé de que lo hizo. De que lo hace. De que lo hará (aunque apenas ya haga falta).

    Y doy fé de que enseña cómo hacerlo. Y de que mi hijo es mucho más feliz (y ya lo era) desde que me hizo entender cómo hablarle.

    En realidad, Eva, había venido para decirte que al fin ayer me pude leer "Tiempo Muerto" Me gustó mucho, no puedo decir lo contrario, dado que me lo leí del tirón a pesar de estar con fiebre. Quizás ese también haya sido el punto negativo, dado que los libros que se leen del tirón, malo, malo... En todo caso, es una antesala fantástica para Entreactos, y recomendaré ya no uno si no dos.

    En estos tiempos (muertos) donde los ineptos ha asaltado mi vida, solo puedo invitar a quien sea a que te conozca y te lea.

    Sí, tengo fiebre, pero aún no estoy alucinando: me lo reservo para más tarde. Ojalá pase lo de ayer y pase la madrugada recitando salmos árabes y melodías judeo-cristianas-americanas...

    Que razón tenía Millás: la fiebre es maravillosa.
    Qué razón tenía mi madre, sobre aquello de mis ideas extrañas...

    Un besazo.

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