sábado, 18 de junio de 2011

Sueños

¿Qué nos separa de los sueños?
Se desean cientos de cosas, se viven miles de situaciones, se piensan millones de ideas, se sienten innumerables emociones, y todo, mientras la realidad pasa.
Anticipamos en el tiempo lo que vamos viviendo; cuando más potente sea lo que soñamos, cuanta más constancia pongamos en él, más fácilmente podrá solaparse con lo que nos sucede. El imán atrae y los pasos convergen hacia él.
Es difícil mantenerlo, si deja de emitir ilusión, si se diluye en otros diferentes, quizá más asequibles o cómodos, pierde fuerza y los ojos dejan de verlo. El azar también ha de estar de su lado, si no, se corre el riesgo de dar vueltas y vueltas, como en un laberinto donde ves el centro porque destaca, y por eso mismo, nunca encuentras cómo llegar.
A un sueño no es fácil despertarlo. Pero es vital intentarlo.

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