sábado, 10 de septiembre de 2011

Reseña: Caminos nocturnos

La Editorial Sajalín nos trae un título fantástico; “Caminos nocturnos” escrito por el ruso Gaito Gazdánov, (1903-1971), uno de los escritores rusos, junto con Novokov y otros, que se exiliaron en París tras la Primera Guerra Mundial.

Gazdánov se alistó siendo un adolescente en el Ejército Blanco, que al ser derrotado, le llevó a probar suerte en diferentes ciudades: Turquía, Bulgaria y finalmente, París, donde vivió su vida.

Trabajó en muchos oficios, entre ellos, obrero de la Citröen, estibador, limpiador de trenes, estudiante, empleado de la editorial Hachette, y el oficio en el que más tiempo estuvo, casi treinta años: taxista, al que dejó cuando en 1952 le contrataron en Radio Liberty, encontrando así un lugar donde poder desarrollar mejor sus capacidades.

Gazdánov es un gran escritor, injustamente desconocido; la sombra del éxito internacional de Navokov que acaparó la atención del gran público como escritor ruso exiliado, eclipsó a muchos otros, pero ahora Sajalín viene a enmendar este error; no solo fue Navokov; hubo grandes escritores en ese mismo círculo, y Gazdánov fue uno de ellos.

Con sus Caminos nocturnos, Gazdánov nos muestra la realidad que tuvo que vivir en un país extraño desde el volante de un taxi en las horas nocturnas de un París sórdido. Docenas de historias protagonizadas por seres acabados, apurando los últimos impulsos, se cruzan en su ruta, y él, mientras nos narra cada una de esas vidas de borrachos, oficinistas grises, prostitutas vacías, grandes glorias olvidadas, no deja de contarnos su propia vida; sus inquietudes, sus sueños, anhelos, decepciones, rutina, su manejarse por la noche parisina topándose con una mezcolanza del ser humano: aquellos que ya han tirado la toalla, algunos incluso antes de haber intentando siquiera luchar; sus compatriotas emigrados; sus compañeros de profesión.

Unos mundos solitarios y terribles a los que se acerca y nos acerca desde una sensibilidad prodigiosa, desde su manera de ver un mundo oscuro, y entrecruzarse con historias vivas; como Platón, filósofo borracho que analiza cada paso de la vida; una mujer que estuvo en lo más alto de la sociedad ahora vieja y empeñada en pasar sus secretos a un prostituta vulgar, esa misma prostituta que no soporta que la toquen, un antiguo compañero que se empeña en ver el mundo desde las conspiraciones y sobre todo su propia historia, la historia de un escritor que no podía escribir por tener que trabajar cada noche en un taxi recorriendo las calles y las vidas de un París, a veces, inhóspito, que le acogió.

La belleza y sencillez de las palabras que utiliza para mostrar las diferentes psicologías y profundidades humanas de cada personaje en sus historias, nos acerca inmediatamente a cada uno de ellas, conociéndolos e implicándonos junto con él para compartir sus miserias, esperanzas, y ruinas.

Una novela de personajes que se asoman desde una noche, que sin la mirada de Gazdánov, se habrían perdido entre las sombras del anonimato, como todas las que ahora mismo, pasean de noche por cualquier ciudad.

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