jueves, 29 de septiembre de 2011

Trazos

Vivir, quizá, es solo apresar el momento, intentar que los días no sean completamente vacíos, llenarlos con lo que se va creando; día a día, proyecto a proyecto, esfuerzo a esfuerzo. Pude que no, que sea una lucha encarnizada contra los límites que impone, a contrarreloj de los propios deseos, a contracorriente de la corriente. O si no, tal vez, sea un cerrar los ojos para que no duela, o abrirlos bien abiertos para que te fulmine con sus contradicciones. O todo junto. O nada de esto.
Sí que es absurdo pretender conocerla, no lo es tanto querer conocernos, ampliarnos, implicarnos, superarnos... pero siempre se topa uno con lo que nos frena, con esas contingencias ajenas que o nos elevan o nos tumban. Con las que hace que la vida no sea la vida deseada.
Queremos quizá lo imposible, o simplemente, solo queremos vivirla como creemos que hemos de hacerlo. Tantos bloqueos, circunstancias adversas, oportunidades cerradas, tantos sueños que despiertan bruscamente para verse deshechos.
Aún así, seguimos trazando una ruta única, la nuestra. La que va más allá del mero hecho de existir.

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